Todavía no doy crédito a lo que hicimos el miércoles por la tarde; mi pareja y yo fuimos a darnos una vuelta por los centros comerciales y nos dio el puntazo: al final nos compramos la PlayStation 3. Entramos en el establecimiento y nos tiramos, sin exagerar, unos veinte minutos pensándonoslo, porque el precio, aunque ahora está a la mitad de lo que pedían el día que salió a la venta, sigue siendo caro, pero empezamos a darle vueltas y comparando los precios de la PS3 con y sin juego; si comprábamos la Slim con un juego aparte había que llevar cuidado con el juego que era, pues los precios tampoco son moco de pavo. Mi pareja quería llevarse el Pro Evolution Soccer 2010, pero el precio era considerablemente superior al de cualquier otro juego menos conocido, pero llevarnos uno que no nos diga nada también sería tirar el dinero. Comprar la PS3 sin ningún juego tampoco nos convencía, pues gastarnos unos trescientos euros en una consola para un único juego (aunque ya lo tenía comprado) parece también un absurdo. Finalmente nos vamos a los packs, pero hay juegos que no nos dicen nada; ni el Tekken 6 nos llamaba la atención ni un pack con dos películas en BluRay, y más aburrido nos parecía un juego de coches (a mí, por lo menos, no me motiva). Pero luego vimos un pack que llevaba dos juegos, La leyenda de Spyro y Madagascar 2, que, si bien no son unos juegos que hubiéramos comprado a cuento de nada, nos motivaban más que los anteriormente citados (por lo menos los pingüinos de la película de Madagascar son bastante divertidos). Así que nos fuimos al mostrador y decidimos llevárnosla, todavía algo temblorosos por el gran cargo que nos encontraríamos al poco tiempo en nuestra cuenta.
Una vez sacada la cartera para pagar el dependiente nos pregunta si estaríamos interesados en contratar un seguro para la consola. Nuestra primera idea era decir: "No", pero el muchacho nos explicó que la PS3 sólo tiene un año de garantía, y que con el seguro que nos ofrecía se ampliaba a tres años. Nos tomamos nuestro tiempo para decidirlo porque el total sumaba otros cuarenta euros. Al final aceptamos contratar ese seguro, y no porque nos dejemos persuadir tan fácilmente (y menos cuando se trata de soltar dinero), sino porque hace unos meses la PS2 cumplió dos años y justo ahí dejó de funcionar, a cuento nada, simplemente metías el disco y no se molestaba en leerlo. Vamos, que la garantía es como el tiempo de "vida" de una consola. La llevamos al servicio técnico de Sony y nos pedían por arreglarle el lector (que era lo que le fallaba), nada más y nada menos que ¡150 euros! Cuando fuimos a recogerla porque no nos interesaba que nos la arreglara el tío nos miró mal y se molestó (¿Qué pretende, que le soltemos 150 euros por cambiar una pieza?). Pues lo que hicimos fue comprarnos una nueva, sin juego, por 84 euros, y otros dos años de garantía. Vamos, que el del servicio técnico nos iba a cobrar lo que dos PS2 nuevas. Y como la PS3 ahora mismo está bastante cara, pues no creo que nos vayamos a comprar el año que viene una nueva, que no estará tan barata.
El caso es que al dependiente se le iluminó la bombilla y, tras aceptarle pagar el seguro, nos sacó una pequeña caja con unos gatillos para botones R y L (Real Triggers o algo así), que valía 2,90 euros, pero ya estábamos abrumados por el total que debíamos pagar. Cuando le dijimos que no nos interesaba (¿y para qué quiero yo eso?), nos dijo: "¡Pero si es muy barato! Por tres euros de nada..." Sí, sí, pero, ¿y los cuarenta euros que hemos pagado de más? No contento con eso nos sacó un adaptador de mandos de la PS2 para la PS3, que valía 9,95 euros, y de nuevo declinamos la oferta. El caso es que el dependiente quería hacer su agosto con nosotros... Vamos a ver, que vayamos a comprar una consola tan cara (porque sigue siendo cara) no quiere decir que seamos unos ricachones y que no sabemos qué hacer con el dinero, sino que, ya que trabajamos y nos ganamos el sueldo, no va a ser todo para hipoteca y facturas, más bien, puesto que tenemos algún ahorrillo y nos lo podemos permitir, pues nos compramos la PS3, y con un par de juegos más para sacarle provecho, pero dudo que podamos permitirnos el lujo de ir a comer a un chino en mucho tiempo... Bueno, para eso tenemos la PS3, para no aburrirnos en casa...
Todavía tenemos cierto recelo a abrir la caja, pues aún dudamos si no ha sido un capricho demasiado caro. Hoy es sábado y desde el miércoles que la compramos aún está precintada. Quizá la abramos hoy, quizá la devolvamos el lunes, no sé qué haremos...
que grandiosas compras que ganas de tener una ps3
ResponderEliminaryo tambien me lo pense mas de una ves para comprarmela
ResponderEliminarVaya, sin duda comprar de improvisto algo de estas dimensiones (y me refiero al precio, para qué engañarnos o,oU) no es para tomárselo a broma.
ResponderEliminarPero después de gastaros tanto dinero en ello, no creo que sea conveniente no usarla.
Si fuera vosotros, me marcaría un día (mañana, por ejemplo, que es domingo y no hay nada que hacer), y lo dedicaría entero a probar la nueva adquisición. No probarla sería como dejar escapar el tiempo de garantía que 40€ os ha costado (y que, como tú dices, es el tiempo de vida segura de la consola).
Eso sí, los dos juntitos, ¿eh? Que seguro que tanto tú como tu pareja tenéis las mismas ganas de probar el aparato xDD
Pues todavía no sé qué hacer con la PS3, pero vamos, lo más seguro es que nos la quedemos. El lunes decidiremos finalmente si nos la quedamos o la devolvemos, ya os contaré.
ResponderEliminarQuizá sigamos tu consejo, Aruchan, ;) pues ganas hay, pero lo del dinero es lo que nos tenemos que pensar...
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Un abrazo.
Muchas gracias, binilla. Ya te llegará a ti el juego de FFXIII. Y me alegra mucho verte de nuevo por los blogs, espero que estés mejor. Un abrazo, guapa.
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