¿Sabías que...?

Es prácticamente imposible estornudar con los ojos abiertos. Cuando estornudamos, los ojos se cierran en un acto reflejo, ya que el aire expulsado es capaz de alcanzar los 100 km/h, lo que puede producir que el aire se desvíe y llegue hasta nuestros ojos, pudiendo desplazarlos mínimamente, a pesar de los rumores que afirman que los ojos pueden salirse de las órbitas. Es por esto que cerramos los ojos al estornudar, al igual que es muy difícil no mover la cabeza en ese momento, pues el movimiento de la misma inclinándose hacia adelante ayuda a expulsar fuera del aparato respiratorio aquellas sustancias que irritan el mismo.