
En primer lugar quería agradecer a Odiseo su petición de que comentara algo sobre esta película de la que tantas críticas se han hecho, tanto buenas como malas. Yo daré la mía desde mi humilde punto de vista (muchas gracias, Odiseo, por tu sugerencia).
Ficha técnica:
Ficha técnica:
Dirección: Alejandro Amenábar.
Guión: Alejandro Amenábar y Mateo Gil.
Reparto: Rachel Weisz, Max Minghella, Oscar Isaac, Ashraf Bahrom.
Año: 2009.
Género: Drama. Historia.
Duración: 126 minutos aprox.
Guión: Alejandro Amenábar y Mateo Gil.
Reparto: Rachel Weisz, Max Minghella, Oscar Isaac, Ashraf Bahrom.
Año: 2009.
Género: Drama. Historia.
Duración: 126 minutos aprox.
Premios: 7 Premios Goya (mejor fotografía, mejor diseño de vestuario, mejor maquillaje y/o peluquería, mejor dirección artística, mejor dirección de producción, mejor guión original, mejores efectos especiales), 6 nominaciones Premios Goya, 5 nominaciones CEC Award.
Sinopsis:
Alejandría, Egipto, año 391 d.C. La astrónoma, matemática y filósofa Hipatía enseña las ramas en las que ella destaca a los hijos de la gente bien de dicha ciudad, y entre ellos, además, está su siervo Davo. Mientras tanto, fuera del Museo en el que daba clases esta alejandrina, las revueltas entre cristianos, greco-egipcios y judíos incrementan cada día que pasa...
Comentario:
Para hablar de esta película dividiré en dos mis opiniones, la buena y la mala, y empezaré por la buena. Todo lo que tiene que ver con la parte de la escenografía es simplemente genial, la reconstrucción de la antigua ciudad de Alejandría, los rollos de papiro, el Museo de Alejandría, el detalle del aulós, las tomas desde el espacio, etc. Todo eso me gustó bastante y no hay nada que se pueda reprochar.
Pero toda moneda tiene su otra cara, y la película de Ágora no se libra de ciertos detalles que, si se hubieran tomado en cuenta, el filme podría haber sido de lo mejor que yo haya visto. Por ejemplo, empezamos con el nombre de Hipatía, que no es "Hipatia", sino "Hipatía", con acento en la segunda "i". Sobre este personaje no se han documentado muy bien que digamos, pues, que se sepa, la filósofa no tuvo ninguna noción sobre lo que en un futuro se llamarían Leyes de Kepler, es decir, que la órbita de la Tierra y demás planetas no es circular, sino elíptica. Fue Johannes Kepler quien recién iniciado el siglo XVII enunció dichas leyes en las que se demuestra este movimiento planetario, concretamente en la primera de ellas. Por lo que no hay que atribuir este descubrimiento a Hipatía si no hay pruebas que ni siquiera lo planteen. Es algo que no sé de dónde lo habrá sacado Amenábar para su película, y de esto ya hablé en otra entrada, que no hay que fiarse de lo primero que nos dicen, y menos en las películas.
Otro detalle que se pasaron por el arco del triunfo para hacer mucho más comercial la cinta cinematográfica es la edad de Hipatía, pues mientras que Rachel Weisz interpreta a una Hipatía que muere joven, la verdadera matemática murió con 61 años de edad, y dudo mucho que se mantuviera tan joven como aparece en la película. Parece mentira que con tanto cuidado que ha llevado Amenábar con la escenografía no se haya dignado en pedir a maquillaje, que se llevó su premio, que le pusieran a la actriz unos treinta años más, lo cual le quita realismo donde quiere aparentarlo.
Por no hablar ya de los actores en sí, que son de lo peor, esencialmente el personaje de Davo, pues es un muchacho que no cambia su expresión para nada, no me transmite nada, ni siquiera si de verdad estaba enamorado de Hipatía o no. En la película me quieren dar a entender que sí, de hecho han llegado a clasificar esta película como romántica (¿?), pero una cosa es lo que me quieran dar a entender, y otra cosa muy distinta y además muy importante es que el actor sepa transmitirme de verdad sus sentimientos hacia su ama, algo de lo que carece por completo. Y ya no sólo este actor, sino la película en sí, pues no hay ni un diálogo, ni una escena que me lo quieran comunicar.
También está la caracterización de los personajes, pues llega un momento a lo largo de la extensa cinta cinematográfica en que no logro distinguir a algunos de ellos, me resultan tan semejantes que me pierdo en la trama. ¿Y qué trama? Si os fijáis, en la sinopsis apenas he podido decir nada, pues yo no considero trama que, por un lado, una mujer dé clases a sus alumnos, y que, por otro lado, haya revueltas religiosas. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Apenas hay conexión entre ambas historias, pues parece que Amenábar ha querido rodar dos película en una, y esto se me hizo cansino. Cuando salí del cine, pues ésta es de las pocas veces que he ido a una sala de gran pantalla, estaba al borde de la confusión, me perdí bastante en la trama, no disfruté de una buena interpretación, sino que fue más bien mala, y lo único que pudo salvarse del filme es, como ya he dicho anteriormente, la escenografía y los pequeños detalles arqueológicos.
Por muchos premios que haya recibido, no es una película que yo volvería a ver, pues cuando mis padres me invitaron a visualizarla de nuevo cuando la alquilaron no tuve más remedio que rechazar la invitación, ya que sólo de pensar en volver a verla me produce desazón.
Puntuación: 4/10.
Pero toda moneda tiene su otra cara, y la película de Ágora no se libra de ciertos detalles que, si se hubieran tomado en cuenta, el filme podría haber sido de lo mejor que yo haya visto. Por ejemplo, empezamos con el nombre de Hipatía, que no es "Hipatia", sino "Hipatía", con acento en la segunda "i". Sobre este personaje no se han documentado muy bien que digamos, pues, que se sepa, la filósofa no tuvo ninguna noción sobre lo que en un futuro se llamarían Leyes de Kepler, es decir, que la órbita de la Tierra y demás planetas no es circular, sino elíptica. Fue Johannes Kepler quien recién iniciado el siglo XVII enunció dichas leyes en las que se demuestra este movimiento planetario, concretamente en la primera de ellas. Por lo que no hay que atribuir este descubrimiento a Hipatía si no hay pruebas que ni siquiera lo planteen. Es algo que no sé de dónde lo habrá sacado Amenábar para su película, y de esto ya hablé en otra entrada, que no hay que fiarse de lo primero que nos dicen, y menos en las películas.
Otro detalle que se pasaron por el arco del triunfo para hacer mucho más comercial la cinta cinematográfica es la edad de Hipatía, pues mientras que Rachel Weisz interpreta a una Hipatía que muere joven, la verdadera matemática murió con 61 años de edad, y dudo mucho que se mantuviera tan joven como aparece en la película. Parece mentira que con tanto cuidado que ha llevado Amenábar con la escenografía no se haya dignado en pedir a maquillaje, que se llevó su premio, que le pusieran a la actriz unos treinta años más, lo cual le quita realismo donde quiere aparentarlo.
Por no hablar ya de los actores en sí, que son de lo peor, esencialmente el personaje de Davo, pues es un muchacho que no cambia su expresión para nada, no me transmite nada, ni siquiera si de verdad estaba enamorado de Hipatía o no. En la película me quieren dar a entender que sí, de hecho han llegado a clasificar esta película como romántica (¿?), pero una cosa es lo que me quieran dar a entender, y otra cosa muy distinta y además muy importante es que el actor sepa transmitirme de verdad sus sentimientos hacia su ama, algo de lo que carece por completo. Y ya no sólo este actor, sino la película en sí, pues no hay ni un diálogo, ni una escena que me lo quieran comunicar.
También está la caracterización de los personajes, pues llega un momento a lo largo de la extensa cinta cinematográfica en que no logro distinguir a algunos de ellos, me resultan tan semejantes que me pierdo en la trama. ¿Y qué trama? Si os fijáis, en la sinopsis apenas he podido decir nada, pues yo no considero trama que, por un lado, una mujer dé clases a sus alumnos, y que, por otro lado, haya revueltas religiosas. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Apenas hay conexión entre ambas historias, pues parece que Amenábar ha querido rodar dos película en una, y esto se me hizo cansino. Cuando salí del cine, pues ésta es de las pocas veces que he ido a una sala de gran pantalla, estaba al borde de la confusión, me perdí bastante en la trama, no disfruté de una buena interpretación, sino que fue más bien mala, y lo único que pudo salvarse del filme es, como ya he dicho anteriormente, la escenografía y los pequeños detalles arqueológicos.
Por muchos premios que haya recibido, no es una película que yo volvería a ver, pues cuando mis padres me invitaron a visualizarla de nuevo cuando la alquilaron no tuve más remedio que rechazar la invitación, ya que sólo de pensar en volver a verla me produce desazón.
Puntuación: 4/10.